'M3GAN 2.0': La IA no tiene el chichi para farolillos

Tras el inesperado éxito comercial de 'M3GAN' en 2022 (costó 12 millones de dólares y recaudó más de 180), Blumhouse Productions y Universal Pictures dieron por supuesto luz verde a una secuela. Pero si la primera era una mezcla de terror y ciencia ficción con inspiración en 'Chucky, El muñeco diabólico' o 'Magic', 'M3GAN 2.0' cambia de género: Gerard Johnstone homenajea ahora el cine de acción con dos ginoides peleando por destruir/salvar a la humanidad al más puro estilo 'Terminator 2: El juicio final'.

'M3GAN 2.0'
'M3GAN 2.0' (Universal Pictures)

M3GAN, el robot humanoide diseñado para ser la mejor amiga de los niños que se toma su trabajo demasiado en serio, pasa de villana a heroína y tendrá que pelear con AMELIA (Ivanna Sakhno), una androide militar homicida. Gemma (Allison Williams), la diseñadora de la muñeca original, se ha reconvertido en escritora y en una popular defensora de la regulación de la inteligencia artificial, pero su diseño fue robado y reutilizado para crear un arma infalible que puede hacerse pasar por mujer y está en constante evolución, siempre absorbiendo y aprendiendo de nosotros. En los dos años (ficticios) que han pasado entre una entrega y otra, en M3GAN han florecido valores humanos y busca su redención, mientras que AMELIA quiere encontrar el lugar al que pertenece y una conexión familiar en una placa base que desarrolló conciencia propia en los 80, se le ponga quien se le ponga por delante. Todo lo que hacía defectuosa a M3GAN, es decir, sus impulsos homicidas y psicópatas, es una ventaja táctica en AMELIA.

'M3GAN 2.0' ya no da miedo y es una actualización de software completa, la interfaz ha cambiado y ahora estamos ante una película desfasada, exagerada, de constantes coreografías de acción y muchas más tramas de las necesarias. El aire de terror kitsch del original se cambia por la espectacularidad futurista y sacrifica con ello su originalidad.

Algo nuevo y algo viejo

Aunque valoro toda su crítica al mal-uso de la inteligencia artificial, al abuso de la tecnología en los niños/as y por supuesto lo deplorable y contraproducente que es que cualquier avance científico intente ponerse de inmediato al servicio de la guerra en un ansía constante de la humanidad por el poder, tiene tanta exhortación que mezclar con escenas de pelea que no siempre queda sitio para la diversión. Además de haberse perdido ya el factor sorpresa de la primera, en 'M3GAN 2' se reciclan varias veces los momentos más icónicos de aquella (como el bailecito) en lugar de crear los suyos propios.

La inteligencia artificial es motivo de fascinación, asombro y terror casi a partes iguales. El cine y la literatura llevan más de un siglo reflejando las posibilidades, tan maravillosas como escalofriantes, de intentar replicar la humanidad en una versión mejorada y sintética. Y también recogiendo una posible (o quizás probable) rebelión de las máquinas, ansiosas de conquistar el libre albedrío. Fue Isaac Asimov el que en 1941 ideó las 3 leyes de la robótica en el relato corto 'Círculo vicioso': Un robot no hará daño a un ser humano, un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos y un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley; para después reflexionar en 'Yo, robot' sobre las paradojas y los problemas que hasta esas 3 "sencillas" normas llegan a plantear. Tras él vinieron Arthur C. Clarke, Philip K. Dick y Alex Garland y luego Stanley Kubrick con '2001: Una odisea del espacio', Ridley Scott con 'Blade Runner' o James Cameron con 'Terminator'. Y todos, incluida 'M3GAN 2.0', bebiendo de aquella misma idea.

'M3GAN 2.0'
'M3GAN 2.0' (Universal Pictures)

Pero cuando hablamos de androides mujer (ginoides), la ciencia ficción ha tendido -respondiendo un heteropatriarcado hegemónico que básicamente ha tenido control absoluto de las narrativas- a sexualizar a las mujeres o buscar la sumisión absoluta ante los cuidados: pienso en 'La mujer explosiva', en 'Austin Powers', en 'La mujer perfecta, en 'La Eva futura' o recientemente en 'Alice (Subservience)', incluso en 'Her' evidentemente salvando las distancias; y cuando no son robots creadas para el disfrute masculino, según un estudio de la Universidad Complutense de Madrid, al menos el 86% de ellas son atractivas. Por suerte, ahora estamos asistiendo a una ola de películas con droides mujeres que rompen con esos estereotipos siendo unas insubordinadas, 'Ex Machina' o 'La acompañante' son algunos ejemplos, y 'M3GAN' también. La IA ya no tiene el chichi pa farolillos.

Se aprecia que, al ser una secuela, pueda saltarse toda introducción y pasar directamente a la acción -literal y metafórica- y que M3GAN haya vuelto más chula, descarada y excesiva. También que en lugar de repetirse, como pasa en tantas segundas partes que parecen remakes, esta sea una continuación que se reinventa cambiando, diremos por completo, de género. Qué rabia que el resultado sea tan recargado y engorroso.

'M3GAN 2.0'
'M3GAN 2.0' (Universal Pictures)

En la parte de acción, Sakhno nos regala una interpretación fría y cautivadora como androide, y aunque principalmente se pase la película soltando golpes, tiene una secuencia genial junto a Jemaine Clement desplegando la misma capacidad de seducción que Lisa Marie como alienígena encubierta en 'Mars Attacks!'.

'M3GAN 2.0' prioriza el espectáculo por encima de la historia, y eso podría ser una ventaja, pero se convierte en un problema cuando en lugar de abrazar el caos que tú mismo has creado y dejarte de pretensiones, quieres que la película tenga un trasfondo complejo que invite a la reflexión sin darle tiempo a resolverse. Johnstone, que también firma el guion, no ha conseguido el equilibrio que buscaba.

Le damos un aplauso en lo visual y otro por la inquietante diversión de imaginar las catastróficas posibilidades de tener una IA liberada y con ganas de marcha, también en su afán por reinventarse, pero parece una oportunidad perdida para o bien explorar la creciente ansiedad que provoca la omnipresencia de la IA en nuestras vidas y trabajos y el negro futuro que nos espera si esto se descontrola; o bien conformarse con ser un divertimento veraniego desfasado. Menos es más y desde aquí lanzamos una petición para que las películas tengan algo que contar antes de recibir luz verde y no al revés.

5
Lo mejor: Cuando sube el volumen de lo extravagante y lo exagerado.
Lo peor: La de vueltas innecesarias que da la demasiado compleja trama (demasiado compleja para el tiempo en pantalla, no para entenderla).

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